viernes, 26 de febrero de 2010

CONSEJO 58. DA UN SALTO


Olivier Clerc, escritor y filósofo,
en este breve cuento suyo,
a través de la metáfora,
pone en evidencia las funestas consecuencias
de la no conciencia del lento cambiar,
que infecta nuestra salud, nuestras relaciones,
la evolución social y el ambiente.
Un condensado de vida y de sabiduría que cada uno
podrá plantar en su propio jardín
para gozar sus frutos.

La ranita que no sabía que estaba
cocinándose …

Imagínate una cacerola
llena de agua fría
en la cual nada tranquilamente
una pequeña ranita.
Un pequeño fuego
se enciende bajo la cacerola,
y el agua se calienta
lentamente.
El agua despacio, despacio
se va poniendo tibia,
y la ranita encuentra esto
más bien agradable, y
continúa nadando.
La temperatura del agua sigue subiendo...
Ahora el agua está caliente, más de lo que la ranita pueda gozar,
se siente un poco cansada
pero no obstante eso no se asusta.
Ahora el agua está verdaderamente caliente y la ranita
comienza a encontrar esto desagradable,
pero esta muy debilitada, entonces soporta y no hace nada.
La temperatura
continúa subiendo,
hasta cuando la ranita
termina simplemente...
cocinándose y muriendo.

Si la misma ranita
hubiera estado metida directamente
en el agua a 50 grados,
con un golpe de sus patas
inmediatamente habría
saltado fuera de la cacerola.

Esto demuestra que,
cuando un cambio
viene de un modo
suficientemente lento
escapa a la conciencia,
y no provoca
en la mayor parte de los casos
ninguna reacción,
ninguna oposición,
ninguna revuelta…
Si miramos lo que sucede
en nuestra sociedad desde hace algunas décadas, podemos ver que estamos sufriendo
una lenta deriva
a la cual nos estamos habituando.
Una cantidad de cosas
que nos habrían hecho horrorizar
20, 30 o 40 años atrás
han sido poco a poco banalizadas,
y hoy preocupan apenas,
o dejan directa y
completamente indiferente
a la mayor parte de las personas.
En nombre del progreso,
de la ciencia, y del aprovechamiento,
se efectúan continuos ataques
a las libertades individuales
, a la dignidad, a la integridad de la naturaleza,
a la belleza y a la felicidad de vivir.
Lentamente, pero inexorablemente,
con la constante complicidad
de las víctimas, inconscientes,
o quizás incapaces de defenderse.
Las negras previsiones
para nuestro futuro
en vez de suscitar reacciones
y medidas preventivas,
no hacen más que
preparar psicológicamente
a la gente para aceptar
las condiciones de vida
decadentes, y también dramáticas.

El martilleo continuo
de informaciones
por parte de los medios
satura los cerebros,
que no están ya en condiciones
de distinguir las cosas.
Cuando hablé
de esto
por primera vez,
era pensando en el mañana...
¡¡¡ Ahora es
para HOY !!!

¡ Conciencia
o cocciòn,
debemos elegir !
Entonces,
si no estás como la ranita
ya medio cocinad@,
da un saludable golpe con tus patas ¡antes que sea demasiado tarde!

1 comentario:

  1. Anabel Leemarzo 01, 2010

    ¡¡ Me gusta !! Tienes toda la razón, nos dejamos llevar por las banalidades diarias sin ver las barbaridades que se hacen sin que nadie dé la voz de alarma...

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