La mayoría de la gente inicia las relaciones con las miras puestas en lo que puede sacar de ellas, en lugar de en lo que puede aportar a ellas.
El objetivo de una relación es decidir qué parte de tí mismo quisieras ver descubierta, no qué parte de la otra persona puedes capturar y conservar.
Resulta muy romántico decir que no eras "nada" hasta que llegó esa otra persona tan especial; pero no es cierto. Y, lo que es peor supone una increible presión sobre esa persona, forzándole a ser toda una serie de cosas que no es.
Al no querer "desengañarte" , trata con gran esfuerzo de ser y hacer esas cosas, hasta que ya no puede más. Ya no puede completar el retrato que te has forjado de él o ella. Entonces surje el resentimiento, la cólera.
Esa persona empieza a recuperar su auténtico yo, actuando más de acuerdo con "quien realmente es". Y en ese momento es cuando dices que "realmente, ha cambiado".
El objetivo de una relación no es tener a otra persona que te complete, sino tener a otra persona con la que compartir tu completitud.
El matrimonio no es para ti.
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*Conocí a mi esposa en la escuela secundaria cuando teníamos 15 años.
Fuimos amigos durante diez años, hasta que decidimos que ya no queríamos
ser sólo ami...
Hace 11 años
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