Ya sabéis que este blog sobre la felicidad es un poco cajón de sastre donde cabe casi todo lo que tenga que ver con "sentirnos bien para llegar a ser felices". Pues bien, durante varios días os traeré pequeños monográficos que tratarán de hacerte la vida un poco mejor e intentar como ya he dicho que haciéndolo seas más feliz.
"Slow food" ha superado la limitación de ser la alternativa o la oposición del "fast food". Invita a comer despacio, lo contrario a comer rápido, un hábito alimentario que se ha relevado como muy perjudicial. Y por el contrario, comer despacio ayuda a equilibrar el menú, logra mayor y más temprana sensación de saciedad
Hacer un hueco en la despensa al "slow food" es incluir productos artesanos y fórmulas tradicionales entre la compra diaria. La supervivencia de pequeños agricultores, de minifundios y de técnicas que no se miden en la eficacia depende de que el mercado valore su presencia.
Alimentarse no es sólo cumplir con una obligación, un trámite o una necesidad, alimentarse puede ser un momento de disfrute, una pausa entre las obligaciones, un punto de encuentro con uno mismo. Esto mantiene el "slow food". ¿Cómo lograrlo? Disfrutando de un tomate de huerta en verano o del plato típico de una región, interesándose por su nombre, su procedencia y su técnica culinaria. Son sólo dos ejemplos.
Ampliar notiia en: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/adulto_y_vejez/2010/08/04/194737.php
El matrimonio no es para ti.
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*Conocí a mi esposa en la escuela secundaria cuando teníamos 15 años.
Fuimos amigos durante diez años, hasta que decidimos que ya no queríamos
ser sólo ami...
Hace 11 años
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