Puedes controlar tu mente, alimentarla con impulsos de pensamientos positivos, ya que eres el dueño de tu propio destino terrenal. Mediante tus pensamientos eres capaz de influir, dirigir y controlar lo que te rodea, haciendo de tu vida lo que deseas. Por el contrario si no cuidas tus pensamientos y te dejas llevar, tu vida estará sometida, a merced de las circumstancias, como una tabla en medio del mar, de un lado para otro.
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